Javier Vargas nació en Madrid aunque a los seis años se traslado a Argentina con su familia. Vivió en Mar de la Plata, una ciudad costera de la provincia de Buenos Aires, desde los nueve a los 16 años. Allí, segun dice él, comenzó a escuchar en la radio a los Beatles, Rolling Stones, The Who.
Como casi todos los guitarristas decidió adentrarse en el mundo de la música gracias a que su padre le regaló una guitarra a los doce años. Un guitarrista argentino, Jorge Cámara, le dió sus primeras clases. Comenzó a estudiar solfeo pero lo dejó por que no era su fuerte. Nunca estudió música y todo lo que sabe se debe a su oido y a su capacidad personal que sólo los genios tienen.
Él mismo reconoce que estudiar música te abre más puertas a la hora de tocar la guitarra por que te pone al alcance de tu mano armonías y otra información muy valiosa para avanzar rápidamente. Por otra parte el ser autodidacta le ha beneficiado en que ha creado su propio sonido evitando cosas prestablecidas. Son mis bendings, mis escalas y mi blues, con mis vicios mis técnicas. Todo a mi manera. Los orígenes musicales de cualquier guitarrista se basan en influencias de otros músicos de la época. Como dice Javier, Por aquellos años, mediados de los sesenta, se oía mucho blues. En Inglaterra estaba de moda Fleetwood Mac, John Mayall and the Bluesbreakers. Toda esta tendencia musical se reflejó en mi forma de tocar. En mis inicios me encantaban Jimmi Page, Eric Clapton (en la época de Cream), y también Black Sabath. Pero Vargas descubrió el blues en Ingalterra. En aquellos años era la música del momento y el Blues era en Inglaterra lo que ahora es el Brit-Pop.
Los incios de Javier Vargas como guitarrista se forjaron el la ciudad de Mar de Plata. Se reunía con los amigos a tocar en los garajes de las casas de los amigos (donde el volumen no era un límite) y allí, gracias a la ayuda de alguno de sus amigos, pudo desarrollarse como un buen guitarrista. Uno de sus amigos tenía una mansión al lado de la playa y se iban a ensayar y a grabar con un pequeño equipo de grabación. Era un estudio pequeño pero Vargas empezó a conocer y a recopilar información de ese campo de entrenamiento que era el mini-equipo de su amigo. Definitivamente para Javier Vargas Argentina no es sólo un país, sino que fue la cuna donde nació el guitarrista que es ahora en la actualidad.
En 1971, con 16 años, su familia se tuvo que trasladar a Venezuela y allí comenzó otra etapa de su vida diferente a la de Argentina. Entonces fue cuando se tuvo que buscar la vida y tratar de ser un profesional de la guitarra. Aguantó en Venezuela dos años pero lo que de verdad quería Javier Vargas era irse a los Estados Unidos y conocer las nuevas corrientes, ver a los grandes músicos en los clubs y garitos donde se hacía música en directo. Allí y por medio de antiguos conocidos de Venezuela, aprendió todo lo que la escuela de música no fue capaz de enseñarle. El directo muestra a un guitarrista tal como es, con toda su dimensión humana y musical.
En Estados Unidos, Javier Vargas encontró una hospitalidad musical inesperada. Su primer contacto norteamericano fue Nashville, Tennesee, la capital del country, ni más ni menos. El ambiente era de puro rock sureño, jazz y rock & roll, además del country. Todas las noches había actuaciones en todos los rincones de la ciudad, en todos los bares. Se podía codear con gente tan famosa como Alice Cooper, Lou Reed o Jimi Hendrix. Era una buena época.
En Nashville Javier empezó a tocar como guitarrista para gente del country. Luego se unió a la banda Loco Covers Band, donde hacían versiones de The Who, The Eagles y todo lo que estaba de moda en esos años. Javier nunca perdió su estilo ni su forma de tocar aunque el reconoce que es un músico capaz de adaptarse a cualquier estilo de música.
Javier vivía con un guitarrista de Colorado y tocaba con él. Poco a poco fue ganando contactos y esta fue la época cuando se compró su primera guitarra, una Gibson SG.
Vargas, con su insaciable afán de aprender más, se marchó al la capital de la música contemporánea del momento: Los Ángeles. Cada viaje a un lugar de Estados Unidos le servía para desarrollar su estilo un poco más. En esta etapa de su vida Javier se encontró con músicos como Van Halen, a Alvin Lee. Javier recuerda esos años con cariño ya que como él dice la noche que conocí a Roy Buchanan me lancé a montarme una jam con él y aún recuerdo cómo me temblaban las manos. Posteriormente dice con orgullo que ha conocido personalmente a muchos de los grandes.
Javier estuvo viviendo en Latinoamérica y en Estados Unidos. Un buen día decidió volver a España. Eran los años de la transición (1977) y decidió quedarse por aquí. Colaboró entonces con Miguel Ríos en varios álbums, en alguna gira con la Orquesta Mondragón, como compositor para Joaquín Sabina y para Manolo Tena, con quien hice Sangre Española.
Javier Vargas comenzó su andadura como banda de blues de forma provisional. Cogía a un bajista y a un batería y se formaba su banda de blues para dar conciertos por las ciudades españolas. La gente comenzó a pedirle discos de su trabajo, pero hasta el momento, no había grabado ninguno. Un día decidió meterse en un estudio y grabar su primer disco All Around Blues el cual se grabo como un proyecto en solitario con el nombre de VARGAS BLUES BAND y con colaboraciones como Elena Figueroa y Phillip Guttman, entre otros.
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